

@emigraffignano
Entre la literatura a la que podemos acceder a diario raramente encontraremos textos que hablen de reggae o que, al menos, lo rocen en alguna de sus aristas. Y par ser sinceros, lo poco que hay deja bastante que desear o al menos no abarca integralmente esta cultura. Siempre nos queda ese sabor a poco. Pues bien, acĆ” les traigo una obra ejemplar de escritura que detalla nada menos que vida y obra de Haile Selassie I, Emperador de EtiopĆa, Rey de Reyes, León Conquistador de la Tribu de JudĆ”, el adorado por los rastas.
El periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski (considerado uno de los grandes exponentes de la crónica moderna) dedicó su vida a redactar las asombrosas experiencias que le tocó vivir en los paĆses denominados del "tercer mundo" y que habitó por trabajo o por aventura, principalmente en el continente africano. Fue allĆ, mĆ”s precisamente en EtiopĆa, donde Richard dio vida a El Emperador, una recolección de entrevistas anónimas en donde se entremezclan descripciones de Selassie en boca de sus lacayos, servidores y asesores junto a breves descripciones del autor, quien se encontraba en el Imperio EtĆope en el momento en que se gestaba un segundo intento por derrocar a "Su Majestad Imperial".
Con un poder de descripción impecable y una cintura periodĆstica que denota sus por entonces ya vastos aƱos en la profesión, el autor cuenta la doble vida que se llevaba en el paĆs del este de Ćfrica. Una especie de bipolaridad socio-polĆtica, en un estado controlado, en teorĆa, absolutamente por Selassie.
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Kapuscinski en 1975, cubriendo la Guerra de Independencia en Angola |
Kapuscinski expone el poder del rey: desde la toma de decisiones polĆticas hasta resoluciones disparatadas como la aprobación de la compra de sĆ”banas para un hotel pasaban por las manos de Ć©l. El escritor lo detalla como una persona reservada, observadora, pero por sobre todo obsesionada por la lealtad de sus sĆŗbditos. En conclusión, para Kapuscinski esto es lo que era Selassie: un Emperador que no dejaba a nadie tomar ningĆŗn tipo de decisiones porque consideraba que ello podrĆa se causante de conspiraciones y revueltas. Pero es aquĆ donde se ve la muƱeca exquisita de Kapuscinski, porque en voz de sus lacayos (de manera irónica o por temor, queda a interpretación del lector, aunque absolutamente seguro que no de forma sensata), el King of Kings era una persona extremadamente benĆ©vola, aunque reconocieran que realmente vivĆa en un mundo de fantasĆas creadas por quienes lo rodeaban, producto de una enfermiza relación de poder-subordinación.
AquĆ, el autor hace un magistral juego de idas y vueltas en donde deja en evidencia el miedo del pueblo hacia el mandatario y de allĆ el desprendimiento de cualquier muestra de admiración y lealtad. Justamente, estos dos Ćŗltimos atributos eran los que utilizaba Selassie para designar a sus funcionarios. Cualquiera de sus ministros podĆa ser el mĆ”s corrupto de Ćfrica entera pero si le demostraba lealtad y le rendĆa pleitesĆa, Ć©ste podĆa hacer la vista gorda. En este contexto descubriremos las guerras internas de acusaciones entre los servicios de inteligencia y los ministerios, buscando siempre el reconocimiento del rey, aunque luego lo destrozaran a sus espaldas.
En medio de estos entrecruces, El Emperador repasa -y no spoilearemos para que lo lean- ostentaciones y lujos, derroches, intentos de progreso, ejecuciones, hipocresĆa, desconfianza, reformas y finalmente, revolución. La vida de Haile Selassie I, en la voz de aquellos que lo vieron y lo vivieron en carne propia. Una visión diferente a aquella sesgada por la visión religiosa y espiritual del rastafarismo.
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